Estar triste por la muerte de un familiar
Comprender la tristeza y la pérdida.
La tristeza es una respuesta natural a la pérdida. Es un proceso que se extiende con el tiempo e involucra una variedad de diferentes sentimientos, pensamientos, comportamientos y sensaciones físicas.
La tristeza, el duelo y la sensación de abandono a menudo se mencionan uno al lado del otro, sin embargo, sus significados son ligeramente diferentes. El duelo es una respuesta a la experiencia de perder a alguien o algo. El luto es una manifestación externa de esta tristeza, que puede expresarse a través de costumbres o rituales culturales y religiosos que acompañan a la muerte. El duelo también se define como el proceso de adaptarse a la pérdida y acostumbrarse a la falta de alguien muy importante. El sentimiento de abandono se refiere a un estado de sufrimiento derivado de la pérdida y las vivencias posteriores a la muerte de un ser querido.
Reacciones comunes
Las respuestas a la pérdida varían mucho de persona a persona, y varían de persona a persona a lo largo de la vida. No todas las personas tienen el mismo conjunto de reacciones, pero hay algunas reacciones comunes. La tristeza incluye sentimientos, pensamientos, sensaciones físicas y comportamientos difíciles.
Sentimientos: Las personas que han experimentado una pérdida pueden experimentar una variedad de sentimientos diferentes, que incluyen conmoción, entumecimiento, tristeza, desesperación, ansiedad, ira, culpa, soledad, desesperanza, alivio y añoranza. Una persona que se siente triste puede empezar a llorar después de escuchar una canción o unas palabras que le recordarán a la persona que ha muerto. También sucede que una persona que se siente triste llora de repente sin motivo alguno.
Pensamientos: Las formas comunes incluyen incredulidad, confusión, inseguridad, dificultad para concentrarse, preocupación, alucinaciones (sensaciones breves de ver o escuchar a una persona fallecida).
Sensaciones físicas: Un síntoma común es la sensación física como opresión, sensación de peso en el pecho o la garganta, náuseas, dolor de estómago, mareos, dolor de cabeza, entumecimiento físico, debilidad muscular, tensión y agotamiento. El duelo también puede hacerte vulnerable a la enfermedad.
Comportamiento: Cuando se siente triste, puede ser difícil conciliar el sueño o permanecer dormido. También puede haber una pérdida del deseo de participar en actividades placenteras, pérdida del apetito y pérdida del deseo de socializar. Una persona que se siente triste también puede estar más nerviosa y agresiva. Otros comportamientos típicos son la impaciencia, la hiperactividad, la apatía (falta de ganas de vivir, de energía, de ánimo).
Religión y espiritualidad en la perdida
El duelo también puede afectar su vida religiosa y espiritual. La pérdida puede hacer que una persona cuestione la fe o la cosmovisión, pero también puede fortalecer la fe al comprender de nuevo el significado de la vida.
Etapas de la tristeza
La tristeza a menudo se siente en oleadas o ciclos, con períodos de sentimientos intensos y doloridos que van y vienen. Las personas que se sienten tristes pueden sentir que están progresando y luego sentir el dolor una y otra vez. Estos períodos recurrentes de duelo pueden tener lugar en días significativos, como días festivos o cumpleaños, o pueden ocurrir sin razón aparente. Con el tiempo, estos períodos de tristeza intensa tienden a volverse menos frecuentes y menos intensos a medida que se adapta a su pérdida.
Inmediatamente después de sufrir una pérdida, puede experimentar conmoción, insensibilidad, incredulidad o puede negar que haya sucedido. Una persona que se siente triste puede sentirse desconectada del mundo a medida que pasa por los rituales de duelo, como la vigilia y el funeral. Estas reacciones iniciales pueden durar 6 semanas, a veces más, pueden ayudarlo a distanciarse del dolor de la pérdida y evitar que se sienta impotente.
Otra reacción común que surge después de que la reacción inicial de insensibilidad e incredulidad ha disminuido se llama confrontación. Puede ser profundamente dolorido ya que la persona que se siente triste debe aceptar la realidad de la pérdida. Esta reacción puede durar meses, tal vez más, y se caracteriza por oleadas de angustia, desesperación, agitación emocional y sentimientos conflictivos y difíciles. La persona que se siente triste puede estar enojada con la persona que murió o sentirse culpable de que todavía esté viva. Pueden llorar mucho, sentirse desorganizados, tener problemas para dormir o levantarse por la mañana y tener problemas para concentrarse.
Durante la fase de aceptación, la persona triste se adapta a una nueva vida sin un ser querido. La aceptación de la pérdida de un ser querido suele ser lenta, durante un período de 12 meses o más. La vida no vuelve a la normalidad, pero una persona que se siente triste puede comenzar una nueva vida, establecer nuevas metas, una nueva identidad y asumir cosas hasta ahora desconocidas. Por ejemplo, un esposo o esposa viudo debe aprender a cuidar un automóvil o cocinar cuando se enfrenta a la necesidad.
Las respuestas relacionadas con la tristeza muchas veces no están organizadas de manera ordenada, es posible reaccionar con los mismos sentimientos más de una vez. Las reacciones pueden superponerse y algunas personas experimentan una oleada de sentimientos que van y vienen. Sin embargo, comprender la esencia de la tristeza puede dar a las personas una idea de qué esperar, brindar apoyo y asegurar que sus experiencias sean normales y que el intenso dolor asociado con la tristeza no dure para siempre.
Luto
Los investigadores describieron el proceso de la tristeza como una serie de tareas que una persona que experimenta un duelo debe completar para superarlo. Un modelo describe cuatro tareas de duelo:
Primera tarea: Aceptar la realidad de la pérdida.
Segunda actividad: Experimentar el dolor y la tristeza.
Tercera actividad: Adaptarse a un entorno donde el difunto ya no está.
Cuarta tarea: Retira tu energía emocional y ponla en otra actividad.
Factores que influyen en la tristeza
La naturaleza, intensidad y duración de la tristeza están determinadas por muchos factores:
- Tipo de relación con una persona fallecida (la intensidad del duelo relacionado con la muerte de un cónyuge o padre puede ser diferente a la de un vecino o colega).
- Causa de la muerte (dependiendo de si la muerte fue repentina o como resultado de una enfermedad de larga duración).
- Edad y sexo de la persona que se siente triste.
- La historia de vida de la persona que se siente triste, incluidas las experiencias de pérdida anteriores.
- Personalidad y estilo de afrontamiento de la persona que se siente triste.
- Apoyo de amigos y familiares, y hábitos familiares y creencias familiares sobre la muerte.
- Creencias religiosas y espirituales de la persona que se siente triste.
Sentirse triste suele ser más difícil y complicado cuando hay conflictos no resueltos o sentimientos “no resueltos” sobre una persona fallecida. A veces, las personas que luchan con un duelo complejo pueden buscar ayuda hablando con un consejero, como un trabajador social clínico, un psicólogo o un consejero espiritual. Personas que sienten que su relación con la persona fallecida fue total y completa, y aunque están tristes, las experiencias que atraviesan son diferentes a las que hubieran ocurrido si su relación hubiera sido puesta a prueba.
El duelo en diferentes culturas
Si bien el duelo de cada persona es diferente, la experiencia está moldeada por la sociedad y la cultura. Cada cultura tiene su propio conjunto de rituales y creencias relacionadas con la muerte y el abandono que influyen en la experiencia y expresión del duelo. Los funerales y los servicios conmemorativos ayudan a vincularse con la comunidad y compartir la tristeza. Sin embargo, la forma en que una persona experimenta y expresa la tristeza puede entrar en conflicto con las expectativas culturales de abandono.
Alguien que se siente adormecido e incrédulo puede no llorar, lo cual es de esperar en un funeral. Otra persona puede experimentar una desesperación tan intensa que no será aceptada como normal en esa cultura. Es importante dejar que las personas experimenten el duelo como mejor les parezca.
Hacer frente al cambio después de la pérdida
La muerte de un ser querido trae consigo muchos cambios en la vida del resto de la familia. Estos pueden ser cambios en su rutina diaria o pueden ser cambios en las prioridades de sus planes para el futuro. El proceso de adaptación y reacción a las nuevas situaciones de la vida puede llevar meses o incluso años.
Cambios generalizados
Después de que muere un amigo cercano o un familiar, es posible que experimente los siguientes cambios:
Relaciones: Es normal que haya cambios en cómo se relacionará esa persona y cómo se relacionará la familia con ella. Algunos familiares y amigos pueden distanciarse porque no sabrán cómo actuar o qué decir. Otros pueden sorprenderlo con su devoto apoyo y estas relaciones pueden volverse más cercanas que nunca. Debido a que los intereses, las prioridades y las metas pueden cambiar después de la muerte de un ser querido, puede haber una pérdida de comprensión en algunas relaciones. Por otro lado, los nuevos intereses y actividades pueden conducir a nuevas relaciones y nuevas amistades.
Rutina: La mayoría de las personas tienen una rutina diaria normal que mantiene el tiempo organizado y da la sensación de estar organizado. Para las familias que cuidan a un familiar con uan enfermedad, gran parte de la rutina diaria de esta familia consiste en visitar y cuidar a los enfermos en el hospital. Cuando esa persona muere, la rutina diaria termina repentinamente. Es normal que los miembros de la familia se sientan perdidos cuando muere un ser querido, y toma tiempo desarrollar una nueva rutina que sea cómoda y bien versada.
Responsabilidades: En la mayoría de las familias, cada persona es responsable de un determinado tipo de tarea. Una persona puede cuidar el jardín y preparar la cena, otra puede pagar las cuentas y lavar la ropa. Cuando muere un cónyuge o un familiar, estos trabajos se transfieren al resto de los miembros. Algunas tareas, como los asuntos fiscales, pueden ser completamente nuevas y aprender una nueva habilidad puede ser estresante. Si la persona fallecida estuvo enferma durante mucho tiempo, los demás miembros pueden sentirse vacíos una vez que el deber de cuidar haya terminado. Además, pueden estar inundados de emociones que ocultaron en los últimos meses de cuidado activo.
Empleo y Hacienda: Si el difunto era el principal proveedor de ingresos, es posible que otros miembros de la familia tengan que trabajar más tiempo, regresar al trabajo después de un descanso o ir a trabajar por primera vez. Para un padre con niños pequeños, esto puede significar tener una niñera y menos tiempo en casa. La muerte de un miembro de la familia también puede significar un cambio en las finanzas, menos dinero, un cambio en los beneficios del seguro social o un pago de la compañía de seguros.
Fe y espiritualidad: Después de perder a un ser querido, es normal cuestionar las creencias religiosas y espirituales o la comprensión existente del significado de la vida. Esto es especialmente cierto si la muerte es prematura, injusta, como cuando muere un hijo o un cónyuge joven. Algunos pueden cuestionar la fe o las creencias religiosas, otros pueden encontrar que la fe se vuelve más fuerte y una fuente de consuelo.
Prioridades y objetivos: Las prioridades pueden cambiar para reflejar lo que es más importante hoy. Las prioridades anteriores, como el trabajo, pueden ser reemplazadas por nuevas prioridades, como pasar más tiempo con la familia y los amigos, o concentrarse en su salud. Es posible que deba cambiar las prioridades por razones prácticas. Por ejemplo, si se ha convertido en el principal sostén económico de una familia, un buen trabajo y un enfoque profesional pueden ocupar un lugar destacado en su lista de prioridades. La muerte de un ser querido también puede cambiar metas y esperanzas. Es posible que deba revisar los planes de jubilación anticipada, viajes y nuevos hijos a medida que se adapta a su nueva vida.
Intereses y Actividades: Puede perder interés en una actividad que antes disfrutaba, incluida una que compartió con su ser querido. A medida que cambian sus prioridades y responsabilidades, puede adquirir nuevos intereses. Algunas personas se involucran en actividades que eran importantes para el difunto o se ofrecen como voluntarios en un hospital local o en una organización.
Hacer frente al cambio
Adaptarse al cambio puede ser estresante. Las siguientes estrategias pueden ayudarlo a lidiar con las consecuencias de la muerte de un ser querido.
Dedique más tiempo a las decisiones importantes . El año que sigue a la muerte de un ser querido es un período de agitación emocional. Una decisión que parece correcta en este momento puede no serlo unos meses después. Los expertos en salud mental sugieren esperar un año antes de tomar decisiones importantes, como mudarse o cambiar de trabajo. Es una buena idea hacer una lista de decisiones y tareas y pensar en cuáles se deben hacer más rápido. Es mejor tratar de retener las decisiones importantes.
Compartir nuevas responsabilidades. Tomará algún tiempo para que los miembros de la familia negocien una nueva división de responsabilidades y entren en la rutina. La familia debe discutir qué tareas del hogar deben hacerse y quién será responsable de qué. También vale la pena hablar sobre los cambios en su rutina diaria. Esto puede ser especialmente importante para los niños más pequeños que pueden estar irritados por un ritmo alterado del día.
Pide ayuda y acéptala. Los amigos y la familia querrán ayudar, pero es posible que no sepan qué se necesitará o cómo pedirlo. Es mejor ser específico acerca de sus necesidades y tener una lista de cosas que la gente puede hacer. Cuando se trata de hacer cosas desconocidas, como reparar o cocinar, es una buena idea pedirle a alguien que le muestre cómo hacerlo o tomar una clase adicional.
Asistencia en asuntos financieros y legales. La multiplicidad de asuntos financieros y legales en el caso de que alguien muera puede ser abrumadora, especialmente si no está acostumbrado a lidiar con asuntos similares. Si el familiar fallecido ha estado enfermo durante mucho tiempo, puede ser necesario ir a una compañía de seguros o pagar las facturas médicas. Si es posible, busque ayuda de expertos legales y financieros profesionales, como un abogado, contador o asesor financiero. Dichos servicios generalmente cuestan dinero, pero pueden ayudarlo a planificar su futuro financiero y legal y ahorrarle dinero a largo plazo.
Obtenga asesoramiento antes de volver al trabajo. Al regresar al trabajo después de una larga ausencia o al ir a trabajar por primera vez, se puede consultar a un consejero de carrera. Un consejero de carrera puede ayudarlo a escribir un CV, encontrar un trabajo y aconsejarle qué industria será la más apropiada. Muchas agencias gubernamentales y gubernamentales locales ofrecen capacitación vocacional gratuita y servicios de orientación profesional.
Mantenga un diario. Llevar un diario o cuaderno es una forma de comprender los cambios que experimenta. Además de escribir sobre sus sentimientos y pensamientos, puede utilizar dicho documento para organizar sus tareas, prioridades y planes. Mirar hacia atrás en las primeras escrituras puede darle una idea de cómo han cambiado las prioridades y los objetivos, y cómo ha mejorado su capacidad para hacer frente.
Considere unirse a un grupo de apoyo. Un grupo de apoyo le brinda la oportunidad de hablar con otras personas que comparten experiencias y sentimientos similares. Es más probable que otras personas que han perdido a un ser querido hayan tenido las mismas experiencias y pueden ofrecer apoyo tanto emocional como práctico que facilitará la adaptación.
Recuerda los aspectos positivos. Reorganizar sus prioridades, desarrollar nuevos intereses, aprender nuevas habilidades puede generar cambios positivos en su vida. Permítete estar orgulloso de tus nuevos logros y recuerda que no serás desleal a tu ser querido tomando nuevas acciones y fijándote nuevas metas.
El duelo es una reacción normal ante la pérdida de un ser querido, la reacción implica una variedad de emociones como la incredulidad, la desesperación, la culpa, la ira y la desesperanza. A los hermanos a veces se les llama “dolientes olvidados” porque su dolor se ve eclipsado por el dolor de otros miembros de la familia, padres, cónyuge e hijos.
Puede sentirse culpable por las siguientes cosas relacionadas con la muerte de su hermano o hermana:
Pérdida de una relación a largo plazo. Los hermanos a menudo están muy unidos entre sí, ya que uno está presente en la vida del otro y en sus altibajos. En consecuencia, la muerte de un hermano o hermana es la muerte de un amigo, guardián, confidente con quien se comparten muchos recuerdos. Puede sentirse triste por la pérdida de esa relación, así como por el papel que un hermano o hermana podría desempeñar en su vida.
Culpa. Las relaciones entre hermanos pueden ser complicadas, y el amor y el afecto coexisten con la rivalidad, los celos y las discusiones. Puede sentirse culpable por lo que dijo o hizo, o desearía haber tenido una relación más cercana. Además, puede seguir haciéndose preguntas “qué pasaría si” o repitiendo escenarios en su mente “si solo”. También puedes sentir la “culpa de los vivos” preguntándote por qué tu hermano (hermana) murió y tú estás vivo.
Redefiniendo su papel en la familia. Los miembros de la familia tienen roles y responsabilidades diferentes, a veces tácitamente, que pueden cambiar después de la muerte de los hermanos. Como consecuencia, puede surgir la necesidad de asumir nuevos, por ejemplo, para convertirse en el hijo mayor, de quien el resto requiere liderazgo. O ser hijo único. Esto puede causar estrés y trauma adicionales.
Mortalidad propia. Dado que los hermanos pertenecen a su propia generación, será normal preguntarse sobre su propia mortalidad y también temer que ellos mismos contraerán alguna ofermedad opueden sufrir algún accidente. Entienda los riesgos y cuide su propia salud.
Consejos para hacer frente a la pérdida
Comparta su dolor con otros miembros de la familia. Toda su familia lamenta la pérdida de su hermano o hermana, pero cada uno experimenta el dolor a su manera. Hablar sobre compartir la tristeza los ayudará a superar juntos el dolor y la tristeza, compartir la carga y darles coraje a todos.
Buscar medidas de apoyo. Si bien, por un lado, puede parecer mejor buscar la ayuda de una familia, puede ser difícil consolar a otros miembros cuando tienen que lidiar con su propio dolor. Puede hablar sobre su pérdida con personas ajenas a su familia, con un amigo cercano, un ministro o un consejero personal. Además, el grupo de apoyo te brinda la oportunidad de hablar con otras personas que comparten experiencias y emociones similares. Un grupo dedicado a personas que han perdido hermanos puede ser especialmente útil.
Perdónate. Los hermanos compiten, pelean, se desafían. Perdónate por las palabras o acciones desagradables, perdónate por las cosas que querías hacer o decir pero no hiciste. Perdónate por no tener una relación lo suficientemente cercana con tus hermanos. Esto no significa que no amabas a tu hermano o hermana.
Cuida tu propia salud. Ayúdese a reducir su miedo a sufrir alguan enfermedad a través de un estilo de vida saludable. Examínese regularmente, realice pruebas médicas, según lo recomendado por el médico.
Recuerda a tus hermanos a tu manera. A medida que disminuye el dolor, el recuerdo de un hermano o hermana puede desvanecerse. Encontrar una manera de conmemorarlo puede ayudarlo a mantener su memoria viva y conectada. Puede hacer un libro de recuerdos familiares con fotos, historias y todos los miembros de la familia estarían involucrados en él. Considere ofrecerse como voluntario en un área que haya sido importante para un hermano o hermana o para una organización o causa.
Ser padre de un niño que ha perdido hermanos.
La muerte de un hermano es una gran pérdida para un niño. Sin embargo, los padres a menudo están demasiado preocupados por su propio dolor y no reconocen las necesidades de sus hijos. Los hermanos de un hermano o hermana fallecido pueden sentir la necesidad de “llenar” el vacío dejado por el difunto, o pueden temer que sus padres prefieran que ellos mueran antes que el otro. Es importante que los padres reconozcan la tristeza de los hermanos sobrevivientes y los ayuden.
Cuando un padre llora la muerte de un hijo
El vínculo padre~hijo es una de las relaciones más importantes que una persona puede experimentar. Los padres que han perdido a un hijo pueden sentir que una parte de ellos ha muerto. Muchos consideran que la desesperación y el dolor que siguen están más allá de toda imaginación. Los padres simplemente no pueden sobrevivir a sus hijos, ningún padre está preparado para que un hijo muera.
La duración de la vida de un niño no determina el tamaño de la pérdida. Los padres penetran de cerca en la vida cotidiana del niño, por lo que su muerte puede cambiar todos los aspectos de la vida familiar, dejando a menudo un gran vacío. Los padres de niños mayores pueden estar menos absortos en su vida cotidiana, pero la muerte de un niño así llega en un momento en que ha comenzado a darse cuenta de su potencial y convertirse en una persona independiente. Cuando muere un hijo adulto, los padres no solo pierden al hijo, sino también a un amigo cercano, la persona que les daría nietos, una fuente insustituible de apoyo emocional y práctico. Los padres que pierden a su único hijo también pierden su identidad paterna, y quizás también a sus nietos.
La muerte de un niño de cualquier edad trae consigo la pérdida de oportunidades, esperanzas y sueños que estaban asociados a ella. Lloran un potencial que nunca se realizará, experiencias que nunca se vivirán. Cuando un niño muere, parte del futuro muere con él.
El duelo que sigue a la muerte de un hijo es similar al de otras pérdidas, pero a menudo es más profundo y dura más. Los padres comúnmente experimentan lo siguiente:
- Conmoción profunda, incredulidad, confusión, negación, incluso si se esperaba la muerte del niño.
- El dolor y la desesperación son tan abrumadores que incluso las tareas diarias de levantarse de la cama pueden parecer imposibles.
- Culpa extrema: algunos padres sentirán que han fallado en su papel de niñeros y seguirán pensando en lo que podrían haber hecho de manera diferente.
- Ira intensa, amargura, un sentido de injusticia hacia una vida que no se ha realizado.
- Miedo, miedo a la soledad, cuidado excesivo por el resto de los niños.
- Sentirse resentido con los padres de niños sanos.
- Una sensación de falta de sentido de la vida, un deseo de liberarse del dolor y unirse a un niño fallecido.
- Cuestionar o perder la fe o los puntos de vista espirituales: suposiciones sobre el mundo, sobre cómo debería verse incompatible con la realidad de la muerte de un niño.
- Soñar con un bebé, o sentir un bebé cerca.
- Una aguda sensación de soledad y aislamiento, incluso cuando están con otras personas: los padres a menudo sienten que la magnitud de su pérdida los separa de los demás y que nadie puede entender realmente cómo se sienten.
Algunas personas piensan que la tristeza debería desaparecer después de un tiempo, como un año, pero esto no es cierto. La reacción inicial no se experimenta continuamente con la misma agudeza, más bien, las fases de profunda tristeza van y vienen durante un período de 18 meses o más. A medida que pasa el tiempo, las olas de tristeza se vuelven cada vez menos severas, pero lo más probable es que la tristeza en sí permanezca para siempre.
Los hitos del desarrollo en la vida de los niños pueden desatar el dolor incluso años después de la muerte del niño. Las fechas importantes como la graduación, una boda y el primer día de clases son desencadenantes comunes de tristeza. Los padres a menudo se preguntan qué edad tendría su hijo ahora, cómo se vería o qué haría si estuviera vivo.
Sexo y tristeza
Las madres y los padres experimentan el duelo de manera diferente. Uno de los padres buscará apoyo a través de la conversación, otro experimentará tristeza en aislamiento, en silencio. Las expectativas culturales y el papel de las diferencias también influyen en cómo los hombres y las mujeres experimentan la tristeza. Se espera que los hombres controlen sus emociones, sean fuertes y cuiden de sus familias. Espere que las mujeres lloren abiertamente y necesiten hablar sobre su tristeza. Un padre que trabaja puede involucrarse más en el trabajo para escapar de la tristeza y la vida cotidiana en el hogar. Una madre tarea puede estar rodeada de cosas que le recuerdan la tristeza y puede sentir que le falta un propósito o que su trabajo como cuidadora ha terminado repentinamente.
Las diferencias en la experiencia de la tristeza pueden causar dificultades en la relación en un momento en que ambos padres necesitan apoyo mutuo. Uno de los padres puede sentir que el otro no está experimentando el duelo adecuadamente, o que la falta de un duelo vivido abiertamente significa que amaba menos al niño. Es importante que los padres hablen abiertamente sobre su dolor y que comprendan y acepten sus estilos de vida.
Ayudar a los hermanos cuando están pasando por un duelo
Cuando un niño muere, la atención se centra en los padres y la tristeza de un hermano a veces puede pasar desapercibida. La muerte de un hermano es una gran pérdida: pierdes a un miembro de la familia, a un confidente, a un amigo a largo plazo. Los padres a menudo cuidan demasiado a un niño enfermo, y cuando mueren, se sienten abrumados por la tristeza. Los hermanos que están vivos pueden percibir erróneamente el dolor de sus padres como un mensaje de que no son valorados como un niño que ha muerto.
Además, los padres pueden ayudar a los hermanos del difunto al:
- Haga de la tristeza una experiencia compartida en familia, involucre a los niños en discusiones sobre la conmemoración.
- Pasar el mayor tiempo posible con el resto de los hermanos, hablando del niño fallecido, divirtiéndose juntos, tomándose el tiempo para hacer algo bonito.
- Asegúrese de que otros hermanos no sean responsables de la muerte del niño y ayude a eliminar el dolor y la culpa.
- Abstenerse de comparar a otros hermanos con el niño fallecido y asegurarse de que los niños sepan que no se espera que llenen el lugar del difunto.
- Establezca límites razonables para el comportamiento, pero no demasiado cariñoso ni laxo. Es normal ser considerado con otros hermanos.
- Pedirle a un miembro de la familia que pase un tiempo con tus hermanos si tu propia tristeza te impide prestarles toda la atención que necesitan.
Autoayuda en el duelo
Aunque duela, es normal y natural sentirse triste. Los siguientes consejos han ayudado a muchos padres:
- Habla de tu hijo, usa su nombre.
- Pida ayuda a su familia y amigos con las tareas del hogar, los mandados y el cuidado de los niños. Esto le dará tiempo para pensar, recordar y sentirse triste.
- Tómese su tiempo para decidir qué hacer con las pertenencias de su hijo, no empaque sus pertenencias de inmediato y devuélvales sus juguetes y ropa.
- Prepare con anticipación cómo responder preguntas como: “¿Cuántos hijos tiene?” o comentarios como, “Al menos tienes otros hijos”. Recuerda que no están destinados a lastimarte. A veces la gente no sabe qué decir.
- Considere pasar días importantes, como el cumpleaños de su bebé o el aniversario de su muerte. Puede pasarlos revisando las fotos de su hijo, compartiendo recuerdos o iniciando una tradición familiar de plantar flores.
- Debido a la profundidad y el aislamiento de la tristeza de los padres, los padres pueden beneficiarse de un grupo de apoyo donde pueden compartir sus experiencias con otras personas que
- Entienden su tristeza y pueden darles esperanza.
- Encuentra el Propósito de la Vida
Los padres a menudo dicen que en realidad nunca aceptaron la muerte de su hijo, sino que aprendieron a vivir sin ella. La muerte de un hijo puede hacer que los padres revisen sus prioridades y reconsideren el sentido de la vida. Esto puede ser imposible para los padres que han sufrido una pérdida recientemente, pero la vida continúa y los padres encuentran la felicidad y la vida los consume nuevamente. Un paso importante para muchos padres es crear un legado. Los padres pueden comprometerse a trabajar para un hospital local o una asociación. O bien, los padres pueden involucrarse de alguna manera en el campo de interés del niño, crear un fondo de ayuda, plantar árboles en memoria del niño. Es importante recordar
Cada niño cambia la vida de cada padre. Los niños nos muestran su forma de amar, nuevas cosas para disfrutar, una nueva forma de ver el mundo. Algo de lo que queda después del niño son los cambios que ha hecho en la familia que continúan después de su muerte. Los recuerdos de los momentos felices que pasó con su bebé y su amor perdurarán y vivirán en usted para siempre.
Lidiando con la culpa
Entender la culpa
Muchas personas que están enfermas o afectadas sienten culpa, un sentido de responsabilidad y arrepentimiento que puede ser difícil de reconocer y expresar. La culpa a menudo lleva a las personas a seguir repitiendo escenarios de “qué pasaría si” y “si solo” en sus mentes para responder a la pregunta de qué deberían haber hecho de manera diferente o para “arreglar” el mal.
Diversas formas de culpa en el duelo
Las personas con enfermedades pueden sentirse culpables en diferentes momentos por diferentes motivos. Algunas formas de culpa se pueden experimentar de la siguiente manera:
Es posible que se pregunte si pudo haber notado algunos síntomas antes o ver a su médico antes.
Es posible que le preocupe que sea una carga para su familia o sus cuidadores, sintiéndose mal por su incapacidad para realizar ciertas tareas.
Puede sentirse culpable de que el tratamiento que recibió no funcionó como deseaba. Recuerde, fue el tratamiento el que fracasó, no usted.
Puede sentirse culpable de que las enfermedades tenga costos financieros o una pérdida de tiempo lejos de la familia o el trabajo. Considere pedir ayuda para administrar el costo de la atención relacionada con la enfermedad.
Puede sentirse culpable porque usted sobrevivió auna enfermedad o accidente y otros no. Esto a menudo se conoce como “culpa del sobreviviente”.
Puede culparse a sí mismo o sentirse avergonzado de sus hábitos, estilo de vida (fumar, tomar el sol), aumentando su riesgo de enfermarse. Por ejemplo, las personas con cáncer de pulmón se preocupan por no recibir ayuda porque piensan que los demás piensan que su propio comportamiento está causando la enfermedad.
Mientras tanto, la familia, los amigos y los cuidadores también pueden sentirse culpables durante o después de su enfermedad:
Pueden sentirse culpables de estar sanos y de que alguien más esté enfermo.
Pueden sentirse culpables por no poder ayudar a la persona enferma.
Pueden sentirse culpables por estar estresados o tristes.
Deshacerse de la culpa
La culpa es común, pero no es bueno cargar con ella todo el tiempo. Alejarlo ayudará a aumentar el bienestar y su capacidad para hacer frente a las enfermedades o accidentes. Para debilitar la intensidad y reducir la incidencia de la culpa, intente:
- Recuerde que sufrir una enfermedad o accidente no es su culpa, ni la culpa de nadie.
- No te dejes atormentar por los errores que crees haber cometido en el pasado, perdónate a ti mismo y a los demás.
- Reconoce que no eres el único. Muchas personas han estado en su posición y han experimentado formas similares de culpa.
- Sepa que su culpa vendrá y se irá, al igual que otras cosas difíciles. Las respuestas emocionales a las enfermedades cambian con el tiempo.
- Comparte tu culpa con aquellos en los que puedes confiar.
- Si siente que no puede hablar abiertamente sobre sus sentimientos con amigos y familiares, intente hablar con un consejero o trabajador social.
- Concéntrate en las cosas positivas de tu vida por las que estás agradecido.
- Únase a un grupo de apoyo. Ayuda a muchas personas saber que otros están en la misma situación y sienten lo mismo.
- Búscate algo que te brinde comodidad y te haga sentir bien. Haz lo que te gusta, ve a tus amigos, mira una película divertida.
- Comprender la tristeza en un contexto cultural.
Todo el mundo experimenta dolor y pérdida después de la muerte de un ser querido, pero las formas en que se experimentan y expresan los sentimientos difieren de una cultura a otra. La cultura se compone de creencias, valores, tradiciones y rituales compartidos por los miembros de un grupo cultural. Cada cultura tiene sus propios rituales y prácticas que ayudan a las personas a lidiar con la pérdida.
La cultura y el significado de la muerte
Cada cultura tiene su propia visión del mundo: un conjunto básico de creencias que describen cómo funciona el mundo y cuál es el papel del hombre en el mundo. En algunas sociedades donde la mayoría de las personas comparten la misma religión, las creencias religiosas dan forma significativa a la cosmovisión cultural. La cosmovisión también son creencias sobre el sentido y el significado de la vida y lo que sucede después de la muerte, depende de cómo las personas en diferentes culturas se acerquen a la muerte. Por ejemplo, algunas personas no sienten el dolor de perder a alguien de manera tan aguda si creen en la vida después de la muerte. En algunas culturas se cree que el espíritu de los muertos afecta directamente a los vivos, y el resto de la familia puede consolarse con el hecho de que su amado miembro continúa cuidándolos. La fe a menudo ayuda a las personas a comprender la muerte y a lidiar con el misterio y el miedo asociados con ella.
Rituales culturales relacionados con la muerte
En todas las culturas, los rituales y las costumbres están asociados con la muerte, que son una forma bien establecida de experimentar el duelo y el luto por los muertos. Los rituales brindan oportunidades para que los miembros de la comunidad expresen su dolor y ofrezcan ayuda. La muerte crea caos y confusión, y los rituales crean una sensación de previsibilidad y normalidad tanto para los abandonados como para la comunidad. Los rituales y las costumbres brindan una serie de pautas sobre cómo organizar el tiempo y asignar roles a las personas. Ellos enseñan:
- Cómo tratar con una persona moribunda a medida que se acerca el final, incluido quién debe estar presente y qué ceremonia debe realizarse en el momento de la muerte y después de ella.
- Cómo se debe cuidar el cuerpo, cómo limpiarlo y vestirlo, quién debe cuidarlo, si el cuerpo debe ser enterrado o incinerado.
- ¿Debería expresarse la tristeza en forma aislada, en silencio, o pública y abiertamente, por ejemplo, llorando y lamentándose.
- ¿Debe expresarse la tristeza de manera diferente según la edad y el género?.
- Qué ceremonias se deben realizar y quién debe estar presente, como niños, miembros de la comunidad y amigos.
- Cuánto dura el período de luto y cómo vestirse y comportarse durante el período de luto.
- Cómo conmemorar a los difuntos.
- Qué nuevos roles deben asumir los miembros de la familia, por ejemplo, si la viuda se volverá a casar y si el hijo mayor asumirá el rol de líder de la familia.
- Cultivar rituales y costumbres familiares brinda una sensación de estabilidad y seguridad que ayuda a la familia a aceptar la muerte de un ser querido y superar el duelo.
Diferencias personales en la expresión del duelo y el duelo
Las personas se adueñan de las creencias y valores de la cultura en la que viven mientras mantienen sus experiencias y necesidades únicas. Por esta razón, la expresión cultural de la tristeza varía de persona a persona, especialmente en sociedades cuyos miembros provienen de diferentes culturas. Una familia con personas de diferentes culturas puede desarrollar sus propios rituales y costumbres. Experimentar tristeza en los miembros de la familia muy probablemente reflejará la mezcla cultural.
En algunos casos, la experiencia de tristeza de una persona puede entrar en conflicto con un patrón cultural. Alguien que suele ser silencioso, reservado, puede que no llore abiertamente, lo que culturalmente se espera de él. Otra persona puede experimentar desesperación que puede entrar en conflicto con la creencia en la vida después de la muerte. A pesar de la existencia de normas y expectativas culturales, una persona debe poder expresar tristeza de una manera que sea apropiada para él.
Duelo y sensibilidad cultural
No existe una manera correcta de expresar el dolor y llorar a los muertos. Hábitos, comportamientos y sentimientos considerados extraños o inapropiados en una cultura en otra pueden ser normales y comunes. Considere las siguientes preguntas sobre cómo ayudar a las personas que se sienten tristes de otras culturas:
¿Qué emociones y comportamientos relacionados con la tristeza se consideran normales?
¿Cuáles son sus creencias sobre la muerte de una familia cuyo miembro ha fallecido?
¿Quién debe estar presente en las ceremonias fúnebres, cómo deben vestirse y comportarse los presentes?
¿Se esperan regalos, flores y otros obsequios?
¿Qué días y fechas serán significativos para una familia abandonada?
¿Qué tipos de condolencias orales y escritas serían apropiadas?
Para aprender más sobre las costumbres y prácticas de una persona de una cultura diferente, puede hablar con alguien de un entorno cultural, pedir prestados libros de su biblioteca local o buscar información en Internet.